Lo que necesitas no está ausente, ¡está en silencio!

… “caminante peregrino”, no dejes que te invada la tristeza de lo aparente… cuando todo calla, ¡calla tú también!… el silencio no tiene tarjeta de presentación… siempre es apertura… no aguardes hacer esto o aquello ahora por «sentirte mejor»… es un error refugiarse en los «premios» inmediatos o impactantes… no hay resultados buenos en esos parajes… cuando todo parece callar, aunque tengas angustia y perplejidad, piensa que «todo» comienza en nueva Aurora…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, la Aurora no es un tratado, ni un libro, menos todavía una reunión, menos un festejo… no insistas forzando ocasiones o lo que fuere… que tu lema sea siempre: «deja ser el Ser»… felicítate de la hondura y en la hondura que es tu morada… ella es siempre tuya… no precisas «andadores» ni apoyos de ninguna especie… tu morada es el Corazón de Dios… ofrécele todo, conságrale todo… ahí tienes y está todo lo que te pertenece…

… ¡busca de una buena vez en tu corazón y respira tu Bien!… que lo que necesitas no está ausente, ¡está en silencio!… simplemente eso, y no conoce el lenguaje vulgar… si estás en tu casa, permanece en ella… si has de viajar, viaja… si tienes que ir por esos andurriales, ve… en realidad no estás ni aquí, ni allí… ¡estás donde no sospechas estar!… estás desde luego en tu corazón y en tu Centro si así lo quieres… ¡Dios no falta!… ¡Él lo es Todo!… no hay más…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, le consagras todo lo tuyo a Quien ya todo te tiene… asumes así la nueva “maternidad” y la nueva “fraternidad”… de engendrar a Dios y convivir con Él… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Mateo 12,46-50: “… todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre… ”)…