Amanecer en la realidad más profunda, sin decorados inútiles, sin figuras, sin condicionamientos

… amanecer en la realidad más profunda, sin decorados inútiles, sin figuras, sin condicionamientos… se te confía una misión y tú, aún débil, acudes sin saber bien qué debes hacer… pero sabes lo que eres en quien te mira y ama… porque ¡eres aquello que amas en verdad!… quizá nadie lo vea, quizá nadie sepa nunca en esta tierra la hondura de tu silencio y de tu vida que aspira incesantemente a la verdad… cuando todo se pierde, según los criterios contables de este mundo, amanece la luz de una aurora que no conoce ocaso… ¡levántate, pues, toma la vida y cuídala, protégela con tu vida!… no te quedes en sueños porque el sueño de otro te ha soñado para que entres en sus ensoñaciones… que soñar dormido no es demasiado compromiso… pero soñar despierto es de enamorados, poetas y aventureros y supone correr riesgos… ¡levántate!, que otros dependen que respondas a ese sueño que te soñó y cautivó… la vida se cuida por adentro antes que por afuera… ¡levántate!, toma esas vidas en tus brazos… ¡que sólo en tus brazos está la vida cuidada y asegurada!… la #rosasinporqué se sabe cuidada por dentro en los brazos de la gratuidad que la sostienen… ¿cuidas la vida por dentro en la familia o sólo por fuera dejándola expuesta e indefensa?, ¿vives soñando o se han secado tus sueños?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 2,13-15.19-23)…