Amigo y amiga de la rosa, ¿adónde vas, adónde?

… amigo y amiga de la rosa, ¿adónde vas, adónde?… te dicen o te dices: “ven aquí, ve allá”… en algunas partes los «poderes» se precian de enviar a otros, no a sí mismos, para aquí o para allá… y, sin embargo no te vas a ninguna parte… a ninguna parte que no sea la descubierta en tu interior, honda en el corazón, fecunda por la gracia de Dios… no, no te vas nunca cuando descubres el paraje verdadero, el paisaje que carece de supuestas ruedas, que sólo está «quieto» en el Amor de Dios… las ambiciones multiplican las inquietudes y desafían la paz que desciende de lo alto y que te lleva más allá de inquietudes y zozobras… no, no te vas si permaneces en el Corazón del Señor que es, desde luego, tu corazón… por más que ensayes mil cálculos y doscientos mil proyectos, estarás siempre quieto en el corazón, ¿dónde están los cambios?… siéntate en paz, en oración y en silencio, y recibe en tu misma intimidad la Única visita… y deja que su Presencia te eleve más allá de lo que sabes… porque no interesa tanto «saber» cuanto recibir en lo hondo del ser y del corazón… entonces, nada ni nadie podrá jamás apartarte de ese Centro en el que ya habitas en modo inalienable… no hay más palabras… la “rosa sin porqué” tiene su corazón en el corazón de la gratuidad, por eso nada la turba ni inquieta… ¿te inquietas y te agitas y no te estableces en el Corazón de los corazones?, ¿se multiplican tus ambiciones posesivas o estás más atento a dejar cosas?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 11,28-30)…