Orar no es difícil, sino imposible

… orar no es difícil, sino imposible… porque orar no es mover los labios, sino el corazón… y el corazón se mueve cuando se deja amar… “Señor, ámame y enséñame a orar… mira que aquel a quien Tú amas está enfermo, la vida se le escurre de su cuenco y no sabe que en tus manos está puesto…mira que aquel a quien Tú amas está ciego, pregunta si te han visto en el sendero y no sabe que dentro suyo estás para hablar junto al brasero… mira que aquel a quien Tú amas está preso, un hilo le ha cerrado el corazón y puesto cepo y no sabe que la llave está en tu amor que abre por dentro… mira que aquel a quien Tú amas está lejos, se marcha con la parte de la herencia y su cordero y no sabe que en el amor de tu Padre lo tuyo se hace ‘nuestro’… mira que aquel a quien Tú amas está viejo, insiste que no existe para él ya ningún seno y no sabe que en tu propia entraña hoy lo has engendrado nuevo… mira que aquel a quien Tú amas ahora clama por su Médico, sabe que por él has venido y reclama por Ti cual su remedio…”… “… cuando ores di: Padrenuestro…”… la “rosa sin porqué”, al vivir de la gratuidad, encuentra oportuno todo momento para agradecer… ¿has descubierto la hondura del Padrenuestro o buscas otras oraciones para satisfacer tu necesitad?, ¿oras con la confianza de los niños o miras de reojo a la Voluntad de Dios?… (con el Evangelio de hoy, San Lucas 11,1-13)…