Tu confianza es invencible, es inquebrantable

… “caminante peregrino”, a la vera del camino hay salientes que te detienen… ¡cuántas veces quedas atrapado por esas «cosas» de los costados, laterales!… que quedan de ayer y que repites sin ánimo de crear nada… las melodías repetidas en exceso acaban por fatigar… es preciso, en cambio, que abras horizontes y crees espacios… ¡levanta la mirada más allá de las pequeñas colinas de siempre!… mira los pájaros y cómo tu Dios que es Padre no se olvida de ellos… ¡tu vida vale más que muchos de ellos!…

… pequeño y buen amigo, pequeña y buena amiga, la vida contemplativa, el vivir caminando en oración, no es compatible con las repeticiones… ni con las copias de segunda mano… no son las canciones más aplaudidas las que conquistan tu corazón y te brindan el fulgor de la Hermosura… lo más escondido, lo más reservado, es lo que despierta tu entusiasmo y tu adhesión… ¡no temas!, anímate a pasar más allá de los caminos trillados… la Verdad está siempre velada… y de nada valen tus cálculos si no trabajas en desenterrar los tesoros…

… parece que la «moda» es gastar las mismas fórmulas… repetir escritos fotocopiados o lo que goza de gran propaganda editorial… contempla, en cambio, aquél “valle del alma”, que no tiene nombre… descubre la Luz que ya no tiene ocaso… deja que la «soledad sonora» y la «música callada» enciendan tus horas… o los bosques… «cuyos troncos y piedras -decía San Bernardo- enseñan lo que no te dicen los maestros»…

… entonces, ¡vamos!… ¡arriba!… ¡allí donde te encuentras ponte de pie y respira hondo!… con la “pequeña oración” de la mañana, y de cada momento, te reconoces valioso por Quien te ama y se ocupa de tus cosas… el valor de tu vida no se mide por lo que haces tú, sino por lo que hizo y hace tu Señor por ti… por eso tu confianza es invencible, es inquebrantable… desayuna y matea con la Verdad del “pan del día”, (Lucas 12,1-7: “… no temas, porque valen más… ”)…