Volver constantemente a la realidad profunda, es una constante conversión

… volver constantemente a la realidad profunda, es una constante conversión… ¡son tantas las «cosas» que te distraen, amigo y amiga de la rosa, que pretenden arrebatar tu bien!… sin embargo, en la misma medida en que adhieres a la verdad profunda, a tu vida interior, puedes liberarte de lo que quiere apartarte o alejarte… parece que la «calamidad» es más fuerte, pero no, es mucho más débil… en suma depende de la perseverancia de tu adhesión… es claro que lo más hondo, lo más interior y viviente, no requiere diplomas, ni preparaciones, ni estructuras… requiere la apertura del corazón a su paisaje infinito, al Ser y a la vida que recibes incesantemente como don… estás donde en verdad eres, aunque los datos sean escasos, aunque todo parezca lejos… hay un gran misterio: lo que se manifiesta lejano es lo más próximo y lo que está aparentemente aquí no más, es lo que permanentemente se va y acaba… lo que hace ruido pierde su sonido, antes o después… lo que calla, el abismo del silencio, es noticia presente de Eternidad… la “rosa sin porqué” vuelve constantemente a la gratuidad y así conserva la frescura y la fragancia de la belleza… ¿te distraen los costados y te quedas distraído o vuelves tu corazón a lo esencial?, ¿reconoces que necesitas de una conversión permanente?… (con el Evangelio de hoy, San Mateo 3,1-12)…